Los ajustes son parte de la labor que tiene el gobierno peruano para acceder a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Los países que integran la OCDE tienen las economías más importantes del mundo, por lo que el objetivo principal de esta organización es coordinar las políticas económicas y sociales de sus miembros. Por tanto, la OCDE ha iniciado y fomentado una estrategia ambiciosa a fin de batallar por el desgaste de bases imponibles y transferencia de utilidades (conocido por sus siglas en inglés, BEPS).

El Plan BEPS busca actualizar los sistemas tributarios internacionales, y cuya meta es colocarlos en equilibrio con el mundo globalizado de hoy, situando especial atención en la lucha contra la planificación fiscal agresiva por parte de las grandes empresas transnacionales.

Es por esto que Perú se ha propuesto como política de Estado, adecuar la legislación nacional a los estándares y recomendaciones internacionales emitidos por la OCDE, especialmente en las áreas de intercambio de información, tributación internacional, erosión de bases imponibles, precios de transferencia y combate contra la elusión tributaria. Es decir, ya que el Estado pretende antes del bicentenario adecuar su legislación a los estándares de la OCDE, deberá necesariamente implementar las recomendaciones del Plan BEPS.

Es por tal razón que, gran parte de las modificaciones técnicas hechas el pasado año a la ley del Impuesto a la Renta adoptan algunos términos a esquemas internacionales, como en el caso de la enajenación indirecta de acciones, precio de transferencia y ampliación del concepto de paraíso fiscal.

Así, nuestro país demuestra el continuo esfuerzo realizado con el fin de integrarse y adecuarse a las tendencias globales respecto a las normas de tributación internacional. Formar parte de la OCDE significará para el Perú un paso significativo para dejar de ser un país en vías de desarrollo y estar a la vanguardia en materia económica y social.

Fuente: Grupo Verona